
La película estrenada el 1 de marzo de 1971 cumple hoy 45 años.
Los artistas tienen el don de la sensibilidad. Muy seguramente, el libro La Muerte en Venecia resultó ser una gran revelación para Luchino Visconti y como no, si esta obra literaria es un bello retrato de Venecia y de cómo un personaje forastero se ve atrapado en sus canales, callejones y misterios.
Es tal vez esta inspiración que suscita el libro en el director la que hace de esta película una de las más recordadas obras del cine en los setentas y de la filmografía de Visconti.
El reto para trasladar esta historia del papel a la imagen era complejo por el estilo de narración que tiene el escrito de Thomas Mann: Una serie de monólogos internos y extensas descripciones del protagonista a través de un narrador omnisciente que todo lo ve, pero desde el punto de vista de Gustav von Aschenbach.
El libro comienza en la tierra natal del protagonista: una Alemania fría y melancólica en donde aparece repentina y poderosamente el deseo de Aschenbach de viajar. La película opta por un comienzo más arriesgado, en donde el protagonista ya está por desembarcar en Venecia, su destino de viaje. El hecho de que Visconti haya iniciado la historia en este punto genera sensaciones diferentes: Por un lado, se anuncia que toda la película va a desarrollarse en una misma ciudad lo que en términos de espacio cinematográfico es fundamental para lograr la puesta en escena y la evolución de los personajes, y además, introduce una escena relevante respecto al libro que sucede en el barco donde un personaje muy anciano está maquillado, viste como un jovencito y perturba enormemente a Aschenbach. Más adelante expondré por qué este antecedente era tan importante.
Mientras que en el libro el protagonista es un escritor de renombre y títulos nobiliarios, la película opta por caracterizar al protagonista como un pianista prestigioso. Intentando comprender esta diferencia entre la obra literaria y cinematográfica, creo que lo que debemos resaltar es que ambos son artistas, ciudadanos de pasiones intensas y obsesivas por lo que hacen. La profesión de músico –según se rumora en lo que investigué- aparece porque Visconti asemeja el personaje protagónico con Gustav Mahler, compositor de la vida real cuya obra está presente en la película.
Como el libro y la película se desarrollan desde Gustav, en ambas obras hay un momento en el que se describe a la familia del personaje. En el libro nos enteramos que la hija es una mujer casada y que la esposa de Aschenbach ya murió. La película, en cambio, tiene referencias menos claras…Lo más emblemático son las fotografías que tiene el protagonista en su habitación de esas dos mujeres.
Este detalle tampoco le resta fuerza al elemento más importante en la película: Las transformaciones de Gustav a partir de su encuentro con Tadzio/Tadrin.En el libro, su nombre es Tadrin y podemos imaginarlo, idealizando nuestra propia forma de ver la belleza o reduciendo su figura a la de un muchacho de 14 años. En la película un actor encarna y reúne todas las características de este personaje aquí nombrado como: Tadzio.
La complejidad de este personaje, radica en que en ambas obras no es simplemente una persona o un muchacho sino que es la belleza en sí misma, es la estética latente y el objeto de obsesión de Gustav.
Para espectadores incautos, el libro y la película se leen como una obsesión homosexual de un hombre mayor por un hermoso joven. Sin embargo, no se trata de eso. Cautivado por una belleza no conocida, Gustav Von Aschenbach siente una devoción infinita hacia Tadzio que para él encarna la perfección. Pero Tadrin es inalcanzable, está lejos de ser mundano y parece ser verdaderamente único en el universo.
La poética de Tadzio puede sentirse con ímpetu en el libro y en la película. Las miradas y esbeltez del actor combinadas con las largas descripciones de exquisitez que hay sobre él en el libro lo convierten en la piedra angular de la trama y punto de transformación del protagonista en ambos productos: obra literaria y film.
La elección de alguien inédito para este rol durante el casting, fue determinante en la recordación que hoy tiene el personaje en el imaginario alrededor de la película. Considero que el actor que encarna a Tadzio lo hace de maravilla porque consigue generar ansiedad e inquietud en el espectador: ¿Quién es ese muchacho tan indiferente a lo ordinario y de una belleza tan sublime?
La trama del libro y la película no sólo enfatizan en la idea de belleza (aunque para mí es desde este concepto que se desprenden muchos subtemas) sino que también abarcan de manera muy bella el tema de la vejez y la juventud.
El libro –que como ya mencioné está lleno de monólogos- reitera varias veces que por lo visto Tadrin morirá joven y que Gustav se encuentra muy deteriorado por el malestar físico que le produce estar en Venecia. La película adiciona un personaje que no aparece en la obra original y es un gran amigo del compositor Aschenbach. A través del flashback, vemos como este amigo y Gustav tienen fuertes discusiones sobre lo que es el arte o el espíritu, y de cómo las obras de un artista deben ir impregnadas de vida y no de cálculos precisos y medidos. Cabe anotar aquí que estos flashback son los únicos momentos en donde el protagonista sale de Venecia.
Más que una anécdota vacacional, este viaje representa para el protagonista el descubrimiento de sí mismo y de pasiones no conocidas. La ciudad se transforma también en un elemento que habla de belleza y vejez por la contradicción que encierra: Está lleno de canales y una arquitectura de ensueño pero encierra una peste que ningún veneciano reconoce públicamente por miedo a que los turistas les abandonen.
Sin lugar a dudas la trama del libro poco tiene que ver con el deseo de una relación sexual o amorosa: entre ambos protagonistas es ausente el diálogo y la conversación. Aunque en la versión cinematográfica Visconti introduce una escena en la que Gustav advierte a la madre de Tadzio de la peste y de sus consecuencias si no se van de la ciudad,(que en el libro nunca sucede) las miradas entre él y el muchacho son protagónicas y la observación y el seguimiento del compositor al muchacho son las acciones dramáticas más representativas en ambas obras.
Aunque reconozco que no puede hablarse de superioridad cuando se trabajan dos lenguajes diferentes sí me gustaría reconocer que la secuencia final de la película logró conmoverme más que la última página del libro.
Aquí el poder de la imagen y el audio es sublime: Con una música sobrecogedora y con la tintura chorreándole el sombrero a juego con su apariencia desagradable y maquillada, Gustav von Ash ve a Tadzio jugar en el mar. Por última vez, puede ver el atardecer y la playa de Venecia con todas sus rarezas y particularidades (que incluyen una cámara sobre un trípode, aparentemente abandonada) , por última vez contempla a Tadzio y solo, se desploma: la cámara comienza a alejarse y con ello, la historia termina de la forma más poética posible. Es en esta secuencia de desenlace que el anciano que ve Ash en el barco es tan importante para la trama global porque representa eso en lo que se convierte el mismo Gustav en afán de evadir la vejez, ser atractivo para la belleza (Tadzio) y conseguir con ello una naturaleza intelectual descomunal.
El respetable Gustav Von Aschenbach es un personaje que se transforma en ambas obras, pasa de una rigidez moral disciplinada a ciertas indulgencias en su carácter y sensibilidad a partir de la aparición de Tadzio en su vida.
Como en toda adaptación existen muchas diferencias, pero lo más importante es que el director pueda captar la esencia de la obra a través del poder de las secuencias y el peso de la imagen. Para lograr una obra magistral, Visconti se apoya en recursos cinematográficos de diversa índole (fotografía, montaje, puesta en escena…) y de manera impecable construye un relato conmovedor y estético, como si lo hubiera hecho el mismísimo Thomas Mann.