“Sólo hoy me he dado cuenta de que es imposible dejar caer los libros fuera de cuadro en esta película. Debo acompañar su caída hasta el suelo. Los libros son aquí personajes, y cortar su trayecto equivale a dejar fuera de cuadro la cabeza de un actor. Notaba que algunos planos de la película eran malos desde el principio y ahora comprendo que era a causa de esto.”

[1] François Truffaut en el set de Fahrenheit 451

Sobre Truffaut y su obra:

François Truffaut fue un director de cine francés nacido en París en 1932 reconocido a nivel mundial por su participación en la Nueva Ola francesa, y por su trayectoria y estilo, que aunque se transformó con los años, siempre mantuvo historias y puntos de vista llenos de frescura y humanismo.

Además de ser director, fue actor, guionista, productor y crítico francés. Dedicó su vida al cine, y murió en 1984 a causa de un tumor cerebral.

Introducción: El cine y el conocimiento

El ser humano cuenta con varias herramientas para conocer su entorno. Una de las vías más solidas para entender nuestro pasado es la herencia textual que perdura con los años y las décadas.

Un libro, un manuscrito, un boceto o un incunable son medios para leer e interpretar los valores de una sociedad en determinada época y ello no significa necesariamente que deban ser realistas o verosímiles: “La Biblia” y “Las Mil y Una Noches” son ejemplos de la vigencia y trascendencia de estas obras a través de los años cuyo enorme valor como documento histórico y epistemológico jamás puede ser discutido.

La adaptación cinematográfica que hace Truffaut de la novela de Ray Bradbury gira alrededor de una distopía en la que el ejercicio de la lectura es criminal y debe ser erradicado de la sociedad. En esta película la temática del conocimiento es ampliamente desarrollada por el director, a través de decisiones acertadas que se expresan a lo largo del siguiente texto.

Un futuro no-futuro:

A mediados del siglo veinte, varios autores hicieron novelas distópicas para hacer eco de una sociedad cuyo rumbo posible serían los totalitarismos y la represión. Además de Fahrenheit 451, en este contexto es importante recordar otras novelas como “1984” y “Un Mundo Feliz” en las cuales los autores anticipan una serie de fenómenos sociales que aparecen a partir de la coerción sobre el libre albedrío de los individuos.

Esta adaptación realizada en 1966 supuso varios retos para el director, quién nunca había realizado una película en inglés y a color. Sin embargo, contó con profesionales del cine que ya conocía de antes como Oskar Werner (protagonista de Jules y Jim) o Bernard Hermann un talentoso compositor musical con quien volvería a trabajar en La novia vestía de negro (1968).

Fahrenheit 451 narra la historia de Montag quien es funcionario de un estado dictatorial en el que la lectura es prohibida, y la represión a la sociedad es permanente: aceptada por algunos, y rechazada en secreto por otros.

Una de sus particularidades es que a pesar de ser un referente muy conocido en la ciencia ficción, el carácter futurista en Truffaut no tiende a las imágenes más icónicas empleadas en este género (tecnología abrumadora, carros voladores, vestuario plastificado…) sino que se concentra en los medios y la institución para generar una idea de falso progreso y futuro: Los monitores de televisión supuestamente interactiva e incluyente, los servicios de salud tan deshumanizados y “eficaces”, y los bomberos que queman libros como una insignia de justicia y de legalidad para esa sociedad.

En la trama de esta película llama especialmente la atención el poder que tiene el vínculo con el otro para transformar el conocimiento: Montag no tiene deseo de leer hasta que conoce a su vecina Clarisse que deja en él la inquietud alrededor de los beneficios o perjuicios de la lectura.

Sin embargo, aunque en la novela y en la película el libro como objeto toma un aspecto sagrado y venerable, el autor no desconoce que es sólo un medio: El personaje femenino que se incinera con sus libros es la verdadera fuente íntegra de conocimiento y muere porque sin los medios que tiene para conocer siente vacía su existencia. Los libros por tanto son un vehículo más para que el ser sea social y pueda compartir y profundizar sobre lo que experimenta durante su vida.

Por otro lado, la elección del director de usar la misma actriz para dos personajes que son completamente diferentes (Julie Christie en el papel de Linda y Clarisse) supone en el espectador una complicidad para comprender la ambivalencia que pueden tener los seres humanos según sea su deseo de saber (Clarisse) o su no-deseo de saber (Linda). Físicamente, las dos mujeres son muy parecidas, pero su experiencia con el mundo es completamente diferente.

Adicional a este aspecto en el que la moralidad de dos personajes se exhibe a través de una misma actriz, se acompaña a Montag en su transformación cognitiva y psicológica, porque su manera de conocer el mundo cambia cuando opta por pasarse al plano de la ilegalidad, y su elección determina consecuencias insospechadas alrededor de la lectura, la política y la sociedad.

Cerca del desenlace, la película refuerza la importancia de la interiorización del conocimiento a través del concepto de memoria:  La memoria es aquella capacidad que nos permite ubicar de manera permanente aquellos conocimientos que aprendimos en el pasado. En la película, The Book People es una comunidad secreta en la cual cada persona memoriza un libro para que este pase de generación en generación y la tradición oral permita que los textos nunca puedan perderse, así su soporte sea escaso y perseguido. La memoria legitimará ese conocimiento y no dejará que desaparezca porque estará dentro del imaginario de las personas.

A modo de conclusión, la película Fahrenheit 451 es un relato que permite comprender varios mecanismos por los cuales el ser humano intenta conocer y cómo ese conocimiento es un poder que resulta peligroso para el estado y el gobierno dictador y totalizante, porque si esos medios para llegar al saber se combinan con fines sociales, pueden lograr profundas transformaciones sobre la humanidad.

 

BIBLIOGRAFÍA:

  • Bradbury, R. (2012). Fahrenheit 45. Buenos Aires : Ediciones de la Flor, 2010
  • GONZALEZ A. JUAN CARLOS. SIN PALABRAS : FAHRENHEIT 451 (1966) DE FRANCOIS TRUFFAUT. Revista:KINETOSCOPIO.CENTRO COLOMBO-AMERICANO. Número:108 Año:2014 Paginas:14 – 15. También en el link: http://tiempodecine.blogspot.com.co/2014/12/sin-palabras.html