Esta película fue presentada en el Festival de Cine Francés y fue seleccionada por ese país como representante a los Óscar en la categoría Mejor Película Extranjera.

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Marguerite deambula en bicicleta por una París solitaria tras la alerta de los bombardeos. Este acto aparentemente valiente es en realidad un acto de fragilidad.

La segunda guerra mundial ha sido ampliamente representada en el cine. Diferentes países, sucesos históricos y personajes han configurado todo un universo cinematográfico de este trágico periodo que ennegrece la historia de la humanidad. Este año estrenó la película El Dolor de Emmanuel Finkiel, quien se basó en la novela homónima de Marguerite Duras.

La adaptación en imágenes y sonidos de esta película transmite la sensación visceral que producen varios apartados del libro, los cuales son bastante descriptivos y personales. Tanto en la película como en la novela, la protagonista es una mujer triste y meditabunda que pierde la fuerza cada día que espera a su marido, capturado por los Nazis en París.

La tenacidad de la mujer la lleva a entablar una relación con un general de alto rango de la Gestapo, que la pretende y le brinda información sobre su esposo. Al mismo tiempo, Marguerite (autora y protagonista) debe lidiar con sentimientos que son conflictivos entre sí como la incertidumbre frente a la situación de su marido y el amor que siente por Dionys, amigo de la pareja y también militante de la resistencia francesa.

Es en estas contradicciones donde la actuación de Melanie Thierry logra fundirse con la propuesta visual de la película transitando por escenas en las que dos mujeres son en realidad la misma protagonista en estados emocionales diferentes: la quietud del dolor, con sus silencios y su pesadez, y la inercia de ciertas acciones cotidianas que son necesarias para sobrevivir la espera. De esta manera, espacios como el apartamento del personaje se convierten en oportunidades que el director aprovecha para mostrar psicológicamente el estado de una mujer que no sabe si el hombre que amó fue torturado o si está al otro lado de la puerta, a punto de tocar el timbre.

La voz en off de Marguerite también hace que el tiempo de la película esté estrechamente relacionado con sus emociones y con la pérdida de su esposo, a la vez que permite que la obra tenga apartados exactos del libro que están llenos de figuras literarias y poéticas propias de una escritora como Duras.

Sin embargo, la película logra ser una adaptación sólida no por ser fiel al libro si no por utilizar las ventajas que son propias de su lenguaje para construir una atmósfera emotiva y angustiante. El Dolor modifica la historia del libro para que la espera sea un recurso fundamental para construir tensión entre los personajes y dosificar información que le permite al espectador mantener la atención en la pantalla.

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Uno de los personajes secundarios conmueve tanto como la protagonista pues ambas comparten la misma motivación: Madame Katz añora el regreso de su hija.

Marguerite y otros personajes femeninos secundarios como Madame Katz o Madame Bordes logran mostrar una cara de la guerra ya retratada pero menos común que las trincheras o los campos de concentración donde se libraron otras batallas. En la ciudad, estas mujeres también se enfrentan al dolor de la guerra pero a través de la espera, la incertidumbre y la desesperanza.